El central del Real Valladolid, David Torres, compareció este miércoles en Zorrilla para analizar el buen arranque del equipo en LaLiga Hypermotion, con 11 puntos sumados en las cinco primeras jornadas. El blanquivioleta quiso rebajar la euforia, recordando que «esto es muy largo» y que el reto pasa por «seguir trabajando e intentar sacar el máximo de puntos posible siempre desde la humildad».
El futbolista, que el curso pasado vivió la cara amarga del descenso, reconoció que aquel fue «un año muy duro, tanto para la afición como para nosotros, aunque muchas veces no se reflejara hacia afuera». Una experiencia de la que extrae también aprendizajes: «El fútbol se marca por resultados, no se nos dio nada y parecía que todo fuese malo. Este año ha habido un gran cambio, con una plantilla joven, con ambición y con ganas”.
Torres alabó la integración de los nuevos compañeros, como Tomeo, con quien se entiende «muy bien» en el campo, y valoró el peso de la cantera dentro del vestuario: «Hay muy buenos chicos, aunque la experiencia se coge con el tiempo. Se va a ver reflejado en el campo».
El central también habló de la exigencia añadida que sienten los jugadores formados en casa: «Siempre parece que venimos un poco inexpertos, pero hay mucho nivel. Yo intento trabajar para que se me recuerde más por lo que hago en el campo que por ser hijo de quien sea».
En lo personal, asegura sentirse en un momento dulce: «Estoy muy a gusto y muy contento con el rendimiento. De cabeza estoy mucho mejor que el año pasado y eso se está viendo en el campo». Además, valoró positivamente el papel del cuerpo técnico de Paulo Pezzolano: “Desde el primer momento nos ha intentado inculcar lo que quería y se está viendo reflejado en el campo”.
Con la vista puesta en el próximo compromiso frente al Albacete, Torres se mostró ambicioso: «Nosotros lo planteamos como si fuera una final. Nadie regala nada y vamos a intentar sacar los tres puntos».