Mamadou Sylla finaliza su etapa como blanquivioleta. Jugador y Real Valladolid separan sus caminos después de dos temporadas en las que el delantero demostró su compromiso y profesionalidad, además de dejar un gol que forma parte de nuestra Historia.
Sylla llegó a Valladolid en el mercado veraniego de la temporada 23/24 con el objetivo de devolver al equipo a Primera División. 29 partidos de liga jugados aquel curso, con ocho goles, contribuyeron a lograrlo. Es imposible despedirse del futbolista sin recordar aquel penalti en el tiempo de descuento de la penúltima jornada de fase regular, un lanzamiento que cualquier blanquivioleta recuerda con nitidez y emoción, aquel gol que certificó el ascenso.
Esa responsabilidad para asumir un penalti de tantísima relevancia tuvo continuidad a lo largo de la 24/25, donde Sylla, uno de los capitanes, también jugó 29 partidos ligueros anotando cinco goles, siendo el máximo goleador del Pucela en una temporada desastrosa. La implicación del delantero quedó patente a pesar de los resultados, ya que incluso con la mandíbula fracturada, tras una acción ante el Athletic, se puso al servicio del entrenador luciendo una máscara protectora.