Un sustancial cambio se ha producido en la División de Honor masculina del rugby español para esta temporada, con la introducción de una nueva clasificación de los jugadores, acorde a diversos criterios, con un objetivo claro: potenciar el talento formado en las diversas academias y categorías base del oval nacional.
Con un amplio consenso entre clubes, Real Federación Española de Rugby y Asociación Nacional de Clubes, esta nueva normativa, nacida en un grupo de trabajo de entrenadores de los clubes de la máxima categoría masculina, clasifica a los jugadores en categorías A, B y C, según diversos criterios, busca conceder la importancia que se persigue para la evolución de nuestro deporte con rugbiers formados dentro de nuestras fronteras.
“Nosotros ya llevamos varias temporadas trabajando de la forma que se introduce para todos con esta nueva reglamentación, dando oportunidades a jóvenes jugadores formados en nuestras categorías base, y nos satisface ver que se aplica, porque es algo que está muy relacionado con la filosofía que llevamos tiempo aplicando en El Salvador”, explica el director deportivo del Club, Juan Carlos Pérez.
Hay un segundo objetivo implícito en esta nueva normativa, como es poner todas las barreras posibles para que no vuelvan a ocurrir situaciones del pasado con jugadores no nacionalizados, y conseguir potenciar ese deseado crecimiento del rugby español.
Entrando en detalles, esta normativa llevará a que todos los clubes participantes en la División de Honor deban cumplir en sus convocatorias con una serie de requisitos, ateniendo a las categorías en las que se clasifican los jugadores.
De esta forma, los jugadores tendrán tres categorías:
- A: Jugadores formados en España, que hasta los 21 años han tenido licencia federativa en nuestro país durante 3 años consecutivos o 4 alternos. Para este recuento sirven además las licencias que los jugadores hayan podido tener en otras federaciones nacionales diferentes al rugby.
- B: Jugadores inscritos durante 2 años consecutivos o 3 alternos en competiciones nacionales de la RFER, con arraigo en España, o que hayan jugado 2 partidos oficiales con España XV o 2 torneos oficiales con España Sevens M18 o superior, y que conserven la condición de seleccionables.
- C: Jugadores recién llegados a España, nacidos en otros países y no seleccionables.
“Estamos ante una clasificación por categorías que tiene un doble objetivo: valorar y potenciar el talento de nuestros jugadores, a la par que también ayuda a quienes, aun no siendo españoles, han defendido los colores de nuestras selecciones nacionales y cuentan con arraigo en España”, señala el director deportivo de El Salvador.
Junto con la clasificación de los jugadores, el punto en el que los clubes de División de Honor han de incidir a la hora de realizar sus convocatorias es el cumplimiento de las cifras mínimas que exige la normativa. Así, en cada convocatoria completa -23 jugadores-, ha de haber un mínimo de 11 jugadores de categoría A, un máximo de 12 jugadores de categoría B y un máximo de 3 jugadores de categoría C.
Unas cifras que, además, se mantienen en el caso de la categoría A si la convocatoria de los clubes no alcanzase los 23 integrantes para un partido, debiendo mantenerse es mínimo de 11 jugadores que cumplan las características.
“Se trata de una reglamentación que estamos seguros de que va a ayudar a que cada vez tengamos más jugadores de gran calidad formados en España, de modo que nuestro rugby crezca al nivel que deseamos que lo haga”, añade Juan Carlos Pérez.