La derrota por 4-2 ante el Atlético de Madrid no ha borrado lo más valioso que dejó el Real Valladolid sobre el césped del Metropolitano: compromiso y una actitud que invita a creer. Así lo ha expresado este martes el director general del Club, Luis García, en su habitual carta semanal a los abonados, en la que pone en valor la respuesta del equipo pese a la dificultad del rival y del contexto.
«El equipo que se vio el lunes es un equipo con el que podemos identificarnos», afirma García en una misiva que subraya el sacrificio colectivo y la capacidad del conjunto blanquivioleta para no bajar los brazos, incluso cuando el marcador se puso en contra. Pese a los errores que acabaron costando demasiado caro, el mensaje es firme: la actitud mostrada en Madrid es la que exige el Club, y no debe ser negociable.
Frente a uno de los gigantes del fútbol europeo, el Real Valladolid supo responder con entrega, esfuerzo y dignidad. El equipo llegó a igualar un partido que se había puesto cuesta arriba, y luchó hasta el final. Más allá del resultado, la plantilla dejó señales de vida, de carácter, de esa rebeldía que se espera en una recta final decisiva.
Luis García no esconde que hay aspectos que deben corregirse, pero deja claro que lo fundamental es la reacción que se ha visto. «Es el camino a seguir durante los siete partidos restantes», apunta, convencido de que el objetivo solo será posible desde la unidad, la autoexigencia y la fe compartida.
El próximo reto ya está marcado en rojo: Osasuna visita el José Zorrilla el domingo, y todo el Club, asegura García, está conjurado para lograr una victoria que sirva como punto de inflexión. «Todo el Club está comprometido con el objetivo de ofreceros una victoria», escribe.
A falta de siete jornadas, el Real Valladolid se apoya en su gente, su historia y su convicción para pelear hasta el final. Porque la camiseta blanquivioleta no se rinde. Y su afición tampoco.
