En su primera rueda de prensa como entrenador jefe del UEMC, Alejandro Paniagua señaló dos aspectos clave que debía mejorar el equipo si quería seguir en la Primera FEB: La solidez en defensa y compartir mejor el balón. Ambas cuestiones han sido vitales para que los pucelanos, que hoy por fin han competido como un equipo, hayan sumado su undécima victoria del curso, más que importante para seguir en la terna por la salvación.
Las ardillas llevaron la batuta los 40 minutos y mantuvieron la cabeza fría en todo momento para cerrar un triunfo coral, de los mejores de la temporada. En el apartado estadístico, Eric Demers estuvo pletórico y comando con 28 puntos. En asistencias, hasta cuatro jugadores (Mike Torres, Dani Manchón, Jaan Puidet y Agustí Sans) sumaron tres pases a canasta, dando prueba del juego coral del UEMC hoy. Finalmente, Josh Mballa lideró en rebotes con nueve capturas.
En su reestreno como entrenador de las ardillas y con las sensibles bajas de Vucetic y Kovacevic, Alejandro Paniagua presentaba el siguiente quinteto: Mike Torres partía en el «1», Eric Demers era su acompañante exterior mientras que Jaan Puidet empezaba como alero y Josh Mballa y Shemar Wilson cerraban la pintura en los puestos de ala-pívot y pívot respectivamente. El partido arrancaría con un gran ritmo anotador, donde los locales llevaron la batuta a pesar de seis puntos seguidos de Ugochukwu.
El UEMC fue el encargado de lograr la primera «mini-renta» del partido cuando se pusieron 11-7 tras un matazo de Mballa. Desde ese momento, los puntos fueron escaseando en sendos bandos, algo que permitió a los pucelanos, quienes también subieron la tan criticada intensidad defensiva en ese impasse, mantener su pequeña ventaja hasta el empate de Hermanson pasados ya los siete minutos de juego. Dos grandes acciones en ataque de Manchón y Wilson dieron alas a un Valladolid que dio un arreón hasta el +8 en los últimos compases del cuarto. Un jugadón individual de Torres en la última bola del periodo acabó en canasta e hizo que los castellanos cerraran los primeros diez minutos con la máxima diferencia en el marcador y un resultado de 25-16.
El segundo cuarto inició con un Cartagena mejor en defensa, sin permitir ni una cesta local en los primeros dos minutos y que con los puntos de sus exteriores pudo recortar hasta hallarse a solo cuatro del Pucela. Después de sacudirse las malas sensaciones, los de Paniagua volvieron a compartir mejor el balón y gracias a un inspirado Mballa, recuperaron el +8 antes de que Jordi Juste solicitara el primer tiempo muerto del duelo a falta de 5:45 para el descanso.
A la vuelta, cuatro pérdidas seguidas de Valladolid ayudaron a los albinegros a ponerse de nuevo a solo dos puntos y haciendo que ahora fuera Paniagua el que parara el crono en busca de reactivar su ofensiva. Algo que lograron con siete tantos seguidos, suficientes para darles oxigeno ante un Cartagena que ahora veía el aro como una piscina. Sin embargo, la aparición de Demers y Manchón fue vital para los locales y con un triple del primero, el encuentro se marchó a un nuevo tiempo muerto visitante al ver que sus intentos de remontada habían sido cortados a base de canastas. En la última de la primera parte, el UEMC reclamó una falta no pitada, haciendo estallar los pitos de Pisuerga mientras el partido se iba a vestuarios con un tanteo de 46-39. Eric Demers y Josh Mballa, con 14 puntos cada uno, cerraban los primera mitad como máximos anotadores.
Tras el descanso, Valladolid continuó mostrándose intenso a ambos lados, lo que les valió para volver a alcanzar una ventaja de dos dígitos en los primeros minutos, también marcados por la polémica arbitral, quienes cometieron errores flagrantes y pitaron una inexplicable técnica al banquillo local. Las ardillas agradecieron el ruido y tiraron de rabia para, con un inmenso Mballa, colocarse doce arriba y hacer que Juste gastara otro tiempo muerto.
Seguidamente, los cartageneros anotaron cinco puntos sin réplica pero cometieron sus cinco faltas con la misma rapidez, ayudando a que los blanquivioletas recuperaran su renta desde la personal. Fue entonces cuando el choque entró en un intercambio de cestas y en el que los vallisoletanos también siguieron cómodos y fueron capaces de cerrar el tercer cuarto sin perder su liderato en el electrónico, que reflejaba por entonces un 68-57.
El Pucela encaró los últimos diez minutos con la intención de cerrar su triunfo lo antes posible y su misión arrancó bien con dos libres sumados por Torres. La buena defensa siguió guiando a los vallisoletanos, que recibieron un importante susto cuando Mballa abandonó el parqué con evidentes signos de dolor cuando restaban aún siete minutos, aunque volvió a jugar a falta de dos para el final.
No obstante, Demers, claro MVP de la tarde, emergió de nuevo con un triple y De la Fuente remató una contra para poner a Pisuerga de pie y a los suyos quince arriba en el ecuador del periodo. Al otro lado de la pista, Cartagena comenzaba a ir a la desesperada para reducir la desventaja cuanto antes y Hermanson y Blat pusieron a los de Juste a 10 pero Wilson cortó su estirón con un «ally-oop».
Las ardillas eran conscientes de que rozaban la victoria con las yemas y una canasta más robo de Demers les acercó todavía más. El americano, totalmente desatado, fue el encargado de certificar el triunfo con un triple y sumar así su punto número 28 y cerrar un encuentro que acabó con un resultado de 86-75.