Hasta aquí ha llegado la temporada del Real Valladolid Baloncesto. Después de sufrir una nueva derrota en Pisuerga, los castellanos confirmaban el 3 a 0 en la eliminatoria ante un impasible San Pablo Burgos y se despiden de un año en el que el equipo batió su récord de partidos ganados y llegó a coquetear con el ascenso directo, pero en el que las lesiones han hecho caer por completo a un equipo que finaliza su campaña perdiendo 10 partidos seguidos. En el duelo de hoy, Devin Schmidt se consagró como máximo artillero con 20 puntos y mejor pasador local con 4 asistencias. En los rebotes, Herve Kabasele y Sergio de la Fuente fueron los mejores con seis capturas cada uno.
Otra vez acusado por las numerosas bajas, el quinteto inicial elegido por Paco García era el siguiente: Jaan Puidet sería el encargado de dirigir el juego desde el «1», Devin Schmidt le acompañaría en la línea exterior, como alero el elegido era Juan García-Abril y como interiores partirían Sergio de la Fuente y Lotanna Nwogbo, como ala-pívot y pívot respectivamente. Los primeros compases del partido tuvieron un claro color amarillo y azul, con un San Pablo Burgos que no permitió ninguna canasta local e hizo daño a la defensa del UEMC, logrando un parcial de salida de 1 a 9, por el que Paco García gastó su primer tiempo muerto cuando todavía no se habían cumplido los dos minutos de juego. Tras la pausa, Burgos no bajo el ritmo anotador, especialmente desde la línea de tres, pero Devin Schmidt se puso su equipo a la espalda y anotó ocho tantos de forma consecutiva, recortando la distancia hasta los seis, que bajó a cuatro con un mate de Nwogbo. Aunque el frenético juego de los visitantes seguía marcando el partido, el Real Valladolid Baloncesto se agarró al encuentro siendo más físico que su oponente y mejorando sus prestaciones desde el perímetro, sumando un notable 3 de 4 intentos. Finalmente, el primer cuarto se cerraría con un abultado resultado de 22 a 27.
Al principio del segundo periodo, a los dos equipos se les gastaron los aciertos, pero de nuevo los burgaleses se terminaron por imponer, consiguiendo un parcial de 7 a 0 después de tres minutos. N´Guessan fue el encargado de abrir la lata local, sumando un punto desde la personal. Un mate de Kabasele redujo la desventaja a los nueve puntos, sin embargo, otra cesta de tres de Atic situó la máxima de doce puntos de diferencia. En el ecuador del cuarto, una pérdida de Puidet, seguida de canasta visitante, hizo que los blanquivioletas solicitaran otro tiempo muerto al encontrarse trece abajo. A diferencia de los diez primeros minutos, el parón no causó ningún efecto y las pérdidas vallisoletanas se sumaron acierto exterior de San Pablo, que con un imparable 8 de 17 en triples, llegó a situarse 18 arriba. Antes del descanso, el electrónico seria de 38 a 54 y el máximo anotador local era Devin Schmidt, con 10 puntos.
Tras el paso por vestuarios, la tónica del partido se repitió, con un San Pablo que castigaba cada error local con puntos, ya fueran en transición o desde la línea de 6,75. En el lado pucelano, los terribles porcentajes que tuvieron en los dos duelos anteriores de la serie aparecieron en el tercer cuarto, siendo incapaces de sumar más de seis puntos en los primeros cinco minutos de la segunda parte. Las ardillas también volvieron a caer en viejos vicios, acumulando pérdidas y fallando en el rebote, en parte gracias a la retirada de Nwogbo al final del segundo cuarto, y desde la línea de personal. En los últimos minutos de periodo, Burgos frenó su ofensiva y Valladolid lo aprovechó, recortando la brecha a 14 puntos, dejando un tanteo de 56 a 70 para afrontar el final del partido.
El arranque de los últimos diez minutos estuvo marcado por la imprecisión de ambos equipos, que no sumaron puntos hasta un 2+1 de Kasibabu pasados dos minutos de periodo. Las esperanzas para los de Pisuerga se fueron agotando ya que, cada canasta local era replicada por el cuadro burgalés, imposibilitando que la distancia bajara de los 11 puntos hasta que Kabasele logró una canasta en segunda oportunidad, haciendo que Jota Cuspinera usara su primer tiempo muerto en el partido cuando quedaban 4:17 para la conclusión del choque. Tras parar el crono, San Pablo se encargó de disipar todas las opciones de remontada y con una canasta en la pintura de Ristic y un triple de Vene, aumentaron su liderato hasta los 16 tantos. A pesar de la enorme diferencia, el UEMC no dejó de competir e hizo debutar a Diego Muzquiz. Al final, el marcador sería de 75 a 91.