La Semana Santa es época de milagros y sino que se lo digan al UEMC Real Valladolid, que pareció sufrir una aparición divina cuando restaban 15 minutos y se encontraban casi desahuciados, tanto por sensaciones como por marcador.
Sin embargo, los pupilos de Iñaki Martín se pusieron el mono de trabajo y, con una mezcla de garra, coraje y corazón, fueron remontando desde la defensa para acabar llevándose un triunfo vital en la carrera por la salvación. En el apartado estadístico, Josh Mballa se colgó el cartel de MVP y lideró en puntos y rebotes con 22 y 9 respectivamente. En cuanto a las asistencias, Shemar Wilson y Manchón lideraron con tres pases a canasta cada uno.
Con la baja de última hora de Maj Kovacevic, el quinteto propuesto por Iñaki Martín era el siguiente: Mike Torres partía como base, Eric Demers era su acompañante en el «2», Samkelo Cele sería el alero titular y Shemar Wilson y Vasilje Vucetic arrancarían como ala-pívot y pívot.
Los visitantes serían los primeros en sumar, con cuatro puntos seguidos sin réplica pucelana, que no despertaría de su siesta en los siguientes ataques, fallando absolutamente todo mientras veía que Zamora rebosaba confianza y con un triple de Buckingham situaba el 0-10 de parcial de salida, obligando a Martín a usar un tiempo muerto para frenar la sangría.
A la salida del tiempo muerto, Cele sería el encargado de romper la sequía con una bandeja, a la que siguió un triple del africano para colocar el -7. Los zamoranos no se achantaron y de la mano de Round recuperarían los dos dígitos en su ventaja. A Valladolid le tocó nadar a contracorriente, pero empujado por Cele, Wilson y Mballa, situaron el 14 a 15 a golpe de triple.
Dos zarpazos de los de Saulo volvieron a abrir una pequeña brecha gracias a la superioridad de Paukste cerca del aro. Los visitantes volvían a castigar con puntos y solo Manchón evitaba el descuelgue de su equipo. Hubo que esperar hasta los últimos compases del cuarto para ver a Zamora cometer errores en su ofensiva y Shemar Wilson aprovechó para sumar cinco puntos seguidos y cerrar el cuarto con un resultado de 23-26.
El dinámico ritmo anotador del partido se frenó al comienzo del segundo periodo, cuando ningún equipo fue capaz de anotar en los primeros dos minutos, momento en el que Manchó cortó el desacierto con una bandeja. Su canasta vino seguida de dos cestas visitantes, quienes siguieron haciendo daño al pobre juego interior del UEMC.
Sin embargo, los blanquivioletas esperaron su momento y resistieron las embestidas para empatar el duelo a 32 con los triples de Mballa y Manchón. Los locales fueron creciendo desde la defensa y De la Fuente, en la que estaba siendo su mejor actuación de la temporada, mandó el partido a tiempo muerto después de anotar una canasta que sirvió para que los suyos se pusieran por delante por primera vez en el encuentro.
Turno de réplica para los de Saulo, que recuperaron su liderato con tres cestas desde el 6,75. Las lagunas defensivas retornaron para las ardillas, que se agarraban al partido gracias a su acierto de cara al aro, La línea de personal fue la gran aliada de los vallisoletanos, que se pusieron a uno a base de tiros libres.
Walker también sumó desde la personal para Zamora y Wilson volvió a acercar a los locales con un poster marca de la casa. Los azulones, hoy con indumentaria gris, no encestaron en la última y el partido se fue al descanso con un tanteo de 51-52. Shemar Wilson y Samkelo Cele igualaban en el puesto de máximo anotador con 12 puntos cada uno en la primera mitad.
La segunda parte empezó igual que la primera, con un Zamora mandando en ataque y un Valladolid que veía como sus errores y desacierto le situaban nueve abajo tras un parcial de 3-11 en apenas tres minutos, haciendo así que Iñaki Martín pidiera un nuevo tiempo muerto para ordenar las ideas de los suyos. La pausa no cambió gran cosa y los blanquivioletas se hundían 14 abajo.
Cele sumó uno desde la personal para recortar hasta los trece, pero Zamora se mostraba arrollador de la mano de Paukste, que con un mate aupaba quince arriba a los suyos antes de que el partido se marchara a un nuevo parón local cuando restaban 3:53. Era ahora o nunca para el Pucela y tirando de coraje, logró un parcial de 7 a 0, comandado con cinco tantos de Demers. Los visitantes volvieron a estirarse con cuatro puntos seguidos, pero las ardillas recortaron de nuevo con Mballa, cuyos puntos cerraron el cuarto con un marcador de 66-76.
El UEMC afrontaba el último cuarto como su última bala para sumar el triunfo y sería Mballa el primero en abrir la lata con un gran mate, que sumado a dos tiros libres de Cele, ayudaban a los pucelanos a ponerse a siete. La defensa volvía a frenar a Zamora y De la Fuente ponía el -5 con una bandeja, obligando a Saulo a pedir un tiempo muerto. A la vuelta, Mballa recortaría aún más antes de que Napler sumara una bombita. Manchón sumaba dos libres y volvía a poner la presión en el parqué zamorano.
Los vallisoletanos protegían su aro con fiereza, permitiendo solo tres puntos en más de cinco minutos, y Wilson empataba con un tiro libre. Acto seguido, Walker cortaba la mal racha zamorana pero Sans ponía Pisuerga patas arriba con un triple para ponerse en cabeza.
La siguiente defensa volvió a ser exitosa y Mballa, en una actuación digna del MVP, remataba un mate en el otro aro para situar a Valladolid tres arriba en el momento de un nuevo tiempo muerto azulón. Buckingham acercaba a uno a Zamora pero Puidet, Mballa y Manchón colocaban el +5 a falta de 2 minutos.
Sin embargo, su rival no había dicho aún su última palabra y Walker anotaba un triple para ponerse a dos. Acto seguido, Mballa lograría un punto y los suyos acariciaban el triunfo después de otra crucial defensa. Manchón recibía la falta y sumaba los dos tiros libres, suficientes para situar el +5 cuando restaban 13 segundos. Zamora no pudo anotar y el electrónico no se movió más, otorgando una importantísima victoria por 91-86 al Real Valladolid.