En una rueda de prensa cargada de emoción, recuerdos y palabras sinceras, Pepe Catalina anunció su adiós como director deportivo del equipo. Lo hizo acompañado del presidente Lorenzo Alonso, parte del cuerpo técnico, plantilla, personal del club y representantes del baloncesto vallisoletano. Las palabras se mezclaron con aplausos y miradas emocionadas, como la del capitán Sergio de la Fuente, presente también en la sala.
«Esta es y será siempre tu casa», le recordó el presidente Alonso, al agradecerle públicamente los ocho años de entrega: «Hemos competido por encima de nuestras posibilidades. Hemos llegado a una Final Four, hemos terminado primeros una temporada… y todo eso lleva tu firma, Pepe».
El peso de la decisión
Catalina quiso dejar claro que su marcha no está directamente motivada por el descenso. «El club necesita hacer ajustes estructurales y eso es totalmente entendible», afirmó. «Pero esto ya lo venía pensando desde hace tiempo. Incluso si hubiéramos mantenido la categoría, probablemente habría tomado la misma decisión». La posible integración con el Real Valladolid fue un punto de inflexión: «Ese proyecto me ilusionó y por eso decidí quedarme. Pero nunca firmé contrato con el Real Valladolid. Mi único vínculo contractual ha sido con este club, desde 2017».
El camino no fue fácil
Catalina habló sin rodeos de «una tormenta perfecta» que llevó al equipo al descenso. Lesiones, problemas económicos, falta de identidad en el juego y decisiones complicadas marcaron una temporada para el olvido. «Perdimos a jugadores clave como Vucetic, Wilson o Egekeze. Hubo muchas adversidades, algunas evitables y otras que no estaban en nuestras manos», reconoció. A pesar de los malos resultados, no esquivó responsabilidades: «Los directores deportivos somos personas intuitivas. En ocasiones fallamos. Yo también asumo mi parte».