Vuelta a los orígenes identitarios del Club Baloncesto Ciudad de Valladolid, pero con una imagen renovada. La entidad vallisoletana, de cara al décimo aniversario desde la fundación y que será este miércoles 18 de junio, presenta una actualización en cuanto a su identidad con el cambio del carmesí originario por el morado, color históricamente asociado al baloncesto de la ciudad, y también una nueva ardilla y logo de las categorías inferiores.
En cuanto al escudo, el ‘nuevo’ del Club Baloncesto Ciudad de Valladolid regresa con una serie de detalles optimizados en cuanto a los acabados y las líneas, además del mencionado cambio de colores. También la tipografía ha sido unificada entre los motivos del escudo y las letras que lo acompañan.
Con respecto a la ardilla y aprovechado la actualización de su forma, es bueno remontarse a la fundación del Club y al por qué de este animal. Con la identificación de la entidad con la ardilla se buscaba, tal y como detalló en su momento Mike Hansen, algo distinto, autóctono, presente en el corazón de Valladolid, en Campo Grande y en los pinares de alrededor. Un icono común para ciudad y provincia, una criatura que gusta tanto a pequeños como a mayores por sus diversas características, un símbolo del resurgir del baloncesto en la ciudad, con valores distintos y presente desde que se lanzó la bola al aire en el círculo central de Pisuerga, siempre en primera línea.
La intención era la conjunción de una figura que identificara a todo Valladolid, a su comunidad, todos los equipos y colegios de la ciudad para ir todos a una, y que también aúna muchas de las virtudes del pequeño roedor: una criatura lista, rápida, ágil, tenaz, trabajadora y que sabe hacerlo en equipo, humilde, amigable y a la vez sin miedo a nada, pequeña… simpática.
En esa línea, la nueva ardilla del Club se actualiza a una versión moderna, renovada y adaptada para que identifique tanto a las nuevas generaciones como al resto de aficionados, y que se vincule más concretamente con la Cantera y las categorías inferiores.
Finalmente, el logo de la Escuela Lalo García, siempre en memoria del Eterno Capitán y bajo su santo y seña, también sigue la línea del escudo: actualización de los colores, de la tipografía, detalles y líneas. Cambios menores para mantener la esencia de su creación y que vaya de la mano con la nueva imagen corporativa.
Esta actualización identitaria se produce en el marco del décimo aniversario del Club, cuya fundación tuvo lugar el 18 de junio de 2015, y también vendrá acompañado de unas equipaciones con referencias y gran inspiración en la ciudad, a los diez años de historia y a la trayectoria de la entidad.